El catre yo no lo vendo

Por Luis Rojas*

Luis Rojas

Luis Rojas

En los inicios de los años 60, la cantante cubana Emilita Dago, estrella de la orquesta Los Melódicos impuso una guaracha muy pegajosa denominada: “El Catre”; la letra nos narraba la historia de alguien que estaba rematando los muebles de la casa, menos el catre, porque este era donde dormía Emilita. ¿El Catre? El catre yo no lo vendo, porque en ese duermo yo.

Mi amiga Ana, me pregunta por el cable submarino que conecta a Santiago de Cuba con Caracas, pasando por Kingston, Jamaica.

La misma pregunta me hicieron unos trabajadores de ETECSA, estando en La Habana años atrás cuando todavía podíamos viajar.

Me resulta incómodo explicar lo poco que sé al respecto, y aumenta la incomodidad cuando tengo que aceptar que ese poco que sé del cable se lo debo al Nuevo Herald.

La historia es más o menos así: Venezuela pone el dinero para adquirir, instalar, conectar y poner en servicio el cable submarino, que conectaría Cuba y Venezuela. Cuba enfrenta un bloqueo, que sanciona a empresas que negocian con el gobierno de la isla.

Misteriosamente, Venezuela cede la negociación a Cuba. No me consta, debió ser así: la licitación es ganada por ALCATEL (empresa de origen francés), que acaba de fusionarse con Lucent Tecnology (antigua AT&T) de procedencia norteamericana. ¿Cómo lo hicieron y no sancionaron a ALCATEL? Vaya usted a saber.

En ambos países, armaron una alharaca, lanzaron loas, los cubanos iban a tener una INTERNET más rápida que los trenes japoneses, y los cubanos siguieron confiando, tal como lo hacen fielmente desde hace más de 50 años. Cuando el cable llegó a las playas de Santiago de Cuba, hubo júbilo, solo faltaba realizar las conexiones.

 De pronto, las informaciones sobre el cable comenzaron a escasear, ya Granma no lo mencionaba, en Venezuela tampoco se decía nada; el tema era como cuando la niña de la casa “daba un mal paso” y la barriga le crecía.

¿El Catre? El catre yo no lo vendo, porque en ese duermo yo. ¿El cable? Según los breteros (además: chismosos, proimperialistas, mafiosos, fascistas, apátridas) del Nuevo Herald, cuando la empresa ALCATEL, que es una empresa sobornadora, exigió a ETECSA parte del pago para iniciar la conexión de empalmes y conectores, los funcionarios cubanos expresaron: ¿El dinero? El dinero: Tongo se lo dio a Borondongo, Borondongo se lo prestó a Bebnabé, Bebnabé lo invirtió en Muchilanga, y a  Muchilanga nadie lo ha vuelto a ver.

Estimada amiga, según, hay presos en la isla, faltó dinero. Para evitar las críticas por seguir haciendo el ridículo, el gobierno Chavista expulsará del PSUV a quien se atreva a mencionar el asunto, y si es de la oposición, entonces se trata de un desestabilizador al servicio del imperio.

El Cable, el cable yo no lo instalo porque de eso como yo, el cable yo no lo instalo porque de ése como yo. Te lo cuento Ana, tal como lo leí. Lo del satélite requiere otro artículo. No te desesperes, que eso viene, paciencia.

*Maracaibo