Agua o estiércol

Por Alfredo Schmilinsky Ochoa

Alfredo Schmilinsky Ochoa

Alfredo Schmilinsky Ochoa

Para que el agua que el delincuente de Hidrolago -sobrino de Rodríguez Araque- les está enviando a las familias marabinas sea un agua negra completa, integral y auténtica, un agua negra con todas las de la ley, sólo le falta los componentes sólidos de naturaleza fecal. Porque todo lo demás como el sabor, olor y color los tiene de sobra. Yo quisiera saber qué diría la organización Mundial de la Salud si se enterara de lo que desde hace ocho años está sucediendo en Maracaibo en relación con el vital líquido. De seguro que no lo premiaría. Todo lo contrario, lo reprendería muy severamente por poner en peligro la salud y el bienestar de sus gobernados. En torno de esta trágica calamidad, mucha gente dice: «si esto nos ocurre con una sola revolución, habría que imaginar lo que nos podría suceder con las cinco con las que nos amenaza Maduro». Y tiene razón la gente, porque ese raquítico chisguete que nos envían cada cierto tiempo y que no permite que dos llaves permanezcan abiertas al mismo tiempo, o sea, que para abrir una llave hay que cerrar la otra, no tiene por qué estar contaminada como se encuentra en estos momentos. Muestra inequívoca de que el agua no está siendo tratada de acuerdo con los estándares internacionales que se utilizan para estos fines.

Por otra parte, al problema de insalubridad del agua se une una crítica escasez que tiene, como hemos dicho, ocho años, es decir, desde que el malandro sobrino de Rodríguez Araque fue puesto por Chávez al frente al de la Hidrológica. Y lo peor es que para el gobierno nacional, ni para el anterior ni para el actual, esta escasez que le ha hecho la vida imposible a los habitantes de esta ciudad, pues los mantiene sujeto a un suministro del líquido realmente estresante, no existe como problema, por eso jamás ni lo mencionan. De allí que se haya convertido en algo tan natural que no amerita ser tomado en cuenta. Pero natural para ellos, que no para los que estoicamente lo han venido padeciendo durante el largo e interminable tiempo señalado.

Ahora, si el responsable de la calamitosa situación señalada es el gobierno chavista, entonces cabría preguntarse acerca de lo que en torno de la misma podrían  estar pensando los damnificados; que podrían estar pensando estas víctima en relación con la permanencia de estos gobiernos en el poder. Bueno, lo que cada vez que hay elecciones han estado manifestando de manera inequívoca y clara: ¡que se vayan! Que vayan a robar a otra parte, ya que eso sería lo único que podría regresar el suministro del agua a la normalidad; lo único que le permitiría a Maracaibo regresar a la civilización. O sea, que nos permitiría abandonar el pote o la totuma y volver a la clásica regadera, como lo hacen los afortunados habitantes de otros países y naciones.

Porque hay que ver la tribulaciones y penalidades por las que pasa la población en relación con este terrible problema. Pero de manera particular los sectores de más bajos recursos, que son a los que más les cuesta conseguir una gota de agua con la cual bañar a sus hijos recién nacidos y para sus necesidades diarias. Esta pobre gente, para solventar sus necesidades más elementales, se ven forzadas a comprarle el agua, a precios prohibitivos, a las cisternas de Freddy Rodríguez, sujeto que ya ha amasado una verdadera fortuna a base de especular y negociar con la sed de los marabinos.

A esto se reduce el chavismo en función de gobierno: a matar de sed y de toda clase de calamidades a una población que ya no soporta más sus abusos y corruptelas; a una población que ya está cansada de la indiferencia criminal de unos gobernantes que se han colocado completamente de espaldas a las aspiraciones más sentidas de la población. Y esto, mientras asombrada observa cómo se despilfarran los recursos, como se utilizan éstos en cosas que no sólo nada tienen que ver con la prosperidad y el progreso del país, sino en obsceno beneficio de sus incontables favoritos, en beneficio de ese enjambre de parásitos y vividores, que se llevan buena parte del presupuesto nacional.

Y hablando de otras cosas, los avanzados conocimientos del autobusero en materia de economía quedaron demostrados hace poco, al recomendarles a las personas que ya han cobrado sus aguinaldos que ahorraran lo que más pudieran. Si esto no es un chiste cruel por lo menos se parece mucho, porque con lo elevado que están los precios no sé qué carajo les puede sobrar a  nadie para ponerse a guardar aunque sea una miserable puya. Sin embargo, lo que con esta recomendación queda palmariamente demostrado es el poco conocimiento que allá en las alturas del poder tienen de lo que acá abajo, donde nos encontramos el inmundo perraje, está sucediendo con la capacidad de compra de la gente. Ignoran que el salario real se ha reducido tanto que a duras penas alcanza para lo esencial, y a veces ni para eso. Y en cuanto ahorrar en tiempos de inflación, cuando el valor de la moneda se deteriora constantemente, este pobre hombre no sabe que es lo menos que se debe hacer. Eso es así, porque lo que usted compra a principio de mes por 100 bolívares, al final de ese mismo mes necesitará 110 para comprar lo mismo. Y estos son los reverendos ignorantes que están al frente del país.

2.- Anoche le escuché a Maduro hablar de los beneficios que le acaba de conceder a la clase obrera, ojo, no a los trabajadores sino a la clase obrera. Está visto que este señor no puede abrir el hocico sin que indefectiblemente meta la pata. ¿Por qué? La expresión «clase obrera» tiene una connotación además de política excluyente. Demuestra que quien la utiliza lo que hace es dividir la sociedad en clases y que sus simpatías están exclusivamente con los obreros. Pero resulta que la sociedad venezolana no está compuesta únicamente por obreros. También la integran otros sectores como la clase media, por ejemplo. Es decir, un sector que al escuchar la expresión de marras se va a sentir excluido por un régimen que está obligado a gobernar para todos. Ahora, resulta que esta clase constituye mucho más de un tercio de la sociedad venezolana, lo cual da una idea, a las personas pensantes, de la importancia que tiene dentro de nuestra colectividad, sobre todo a la hora de elegir a los gobernantes. Pero para que el relincho sea más desafiado, el relincho del inquilino de Miraflores, para erizarles el pelo a las familias de este país, también habla de milicias obreras. ¡Qué molleja de estratega político! Le quedó el casco echando humo.

Así actúan los políticos improvisados. Esta gente cree que la política es una actividad sumamente sencilla, que no requiere de mayores conocimientos y experiencias, y que cualquier aventurero con un poco de audacia puede desempeñarse exitosamente al frente de un país. De allí que el chavismo jamás se haya preocupado por realizar un estudio sobre la estructura de clase de la sociedad venezolana.

Continuamos sin módem.

Hasta con la leche ya han acabado/con la carne y el pollo también/por eso no les podrá ir muy bien/pues como gobierno han fracasado.

Foto 1